PRENSA INTERNACIONAL
Septiembre 3, 2004
 

Reinaldo Bragado Bretaña: literatura y perseverancia

Maria Rivera. Semanario Libre de Miami. Agosto 25, 2004.

El escritor cubano Reinaldo Bragado Bretaña tiene en su haber una variada producción literaria que incluye novela, cuento, poesía y periodismo. Sus colecciones de cuentos -Bajo el sombrero y En torno al cero- nos muestran un Bragado inmerso en la literatura fantástica y la ciencia ficción. Sus novelas -y ya suman cuatro publicadas, la última en ver la luz fue La muerte sin remitente- también manejan temas muy diversos y visten estilos dispares, aunque lo fantástico está siempre presente como prueba de la desbocada imaginación del autor que llena miles de páginas que van a imprenta poco a poco. En cuanto al periodismo, conocido columnista desde hace unos quince años, Bragado ha publicado una cifra cercana al millar de artículos, impresionante teniendo en cuenta que anualmente termina, como mínimo, un nuevo libro de ficción y que publica sólo desde que es libre, es decir, desde que salió de Cuba en 1988. Sobre el tema de los Derechos Humanos en Cuba ha publicado dos volúmenes, La Fisura tomos I y II, y el libro de testimonios Castro frente a Castro.

Pero hoy estamos frente a su última publicación, un poemario, Curazao 24: cuidado con el perro. Y no es el primero porque ya en 1995 había entregado El álbum de las sombrillas, del cual el crítico Carlos Espinosa, en su libro El peregrino en comarca ajena, dice lo siguiente: "El Album de las sombrillas, en donde (Bragado) recrea temáticas y escenarios propios de la literatura de ciencia-ficción y que no desmerece de los mejores logros de su quehacer en la prosa imaginativa".

Pregunta: ¿Por qué un libro de poesías a estas alturas? ¿Por qué Curazao 24?

RBB: Escribí un total de cinco poemarios en Cuba, y todos están aquí conmigo, en el exilio. Este es el segundo y espero publicar los tres restantes en su momento. Pero lo hago ahora porque ahora se presentó la oportunidad. Un grupo de amigos me lo propuso y, por supuesto, acepté. Alfonso Afonso se encargó del diseño y el pintor ecuatoriano Carlos Franco del excelente dibujo de la portada. Creo que quedó muy bien, y así me lo han dicho. Estoy contento. En cuanto a Curazao, fue mi última dirección en Cuba.

P: El libro es intimista, cada poesía refleja un momento preciso en tu ciudad, La Habana…

RBB: La Habana Vieja.

P: Correcto, La Habana Vieja. Se nota la asfixia que sentías cuando escribiste los poemas que, de acuerdo a tu nota introductoria, datan del período que va de 1981 a 1988.

RBB: Sí, es intimista y no podía ser de otra manera. Yo era un exiliado interno, ex preso político y un activo miembro del primer grupo de derechos civiles de Cuba, el Comité Cubano Pro Derechos Humanos. Estaba, literalmente, sitiado en mi casa de Curazao 24 entre Luz y Acosta, en La Habana intramuros. Hay asfixia y hay terror en esos poemas, pánico, pero al mismo tiempo -si esto es posible- hay valor y un tremendo desafío. Recuerda que ese poemario, o cualquier libro mío, me podían costar años de prisión en Cuba. Me salvé de milagro…

P: Gracias "a ciertos fantasmas que te escoltan desde hace décadas", según tu prólogo, y entre ellos el de Thomas Joyce.

RBB: Cierto. Thomas Joyce es el pirata imaginario de mi novela La ciudad hechizada. Ese librito, escrito en 1982, quedó finalista en el concurso Letras de Oro de la Universidad de Miami de 1989 junto a la novela Como agua para chocolate. Ni Laura Esquivel ni yo ganamos, pero así son las cosas.

P: Volvamos al poemario. ¿Por qué la división en tres partes?

RBB: Son tres círculos diferentes del estado de sitio que la sociedad totalitaria había impuesto contra mi persona. La ciudad es la primera parte. Ahí describo y rindo homenaje a la ciudad del mundo que más amo. Mi casa es lo más importante porque es mi castle, como decían los ingleses, o mi buque, como diría Hemingway de Finca Vigía. Afuera, la tercera parte, es la arriesgada expedición por el terreno de los otros. Creo que está bien organizado el poemario.

P: Revisé los trabajos que se han publicado sobre ti o tus libros, y hay mucho material desde aquel artículo de 1989 firmado por Heberto Padilla sobre tu novela La estación equivocada, que realmente era el prólogo. Creo que te ha ido bien con la crítica. ¿Cómo te sientes en ese sentido?

RBB: Es cierto que no me puedo quejar, muchos han escrito sobre mis cosas y lo han hecho favorablemente. También me alegra que mis títulos, aunque en cantidades ínfimas, hayan entrado en Cuba. Cuando las autoridades de la dictadura los detectan, los confiscan, y hasta aquí llegan las denuncias y las actas de confiscación enviadas desde la isla por los periodistas independientes. Pero tienes razón, me ha ido bien con los críticos.

P: Espinosa, en su libro citado, dice lo siguiente: "Si La Estación equivocada descubrió a un narrador de talento, Bajo el sombrero y En torno al cero vienen a confirmarle, entre los nuevos valores, como un nombre de referencia obligada". ¿Tú crees que es así?

RBB: Le agradezco a Espinosa esa opinión.

P: Tienes once libros publicados en total. ¿Muchos inéditos?

RBB: Sí, muchos. Sólo en novela tengo unas diez que constantemente están en busca de editor. Algunas saldrán muy pronto, antes de lo que yo pensaba. También los tres poemarios restantes escritos en Cuba y un libro de cuentos, también escrito allá. Pero tengo mucho, tanto en cuento como en ensayos, y muchos proyectos muy detallados en el papel, algunos muy avanzados. Recuerda que fueron demasiados años sin poder publicar en mi país, pero sin dejar de escribir.

P: ¿Cuál sería el próximo en salir?

RBB: Quisiera publicar La alcantarilla mágica, que es un libro de textos experimentales que me gusta mucho. Voy a invitar a mis amigos pintores a que ilustren los trabajos para hacer una especie de cuaderno. Es posible que incluya algún dibujo mío. Después otro poemario, no sé muy bien.

P: Sé que dibujas, que te gusta la plástica. ¿Qué me dices de eso?

RBB: Un trabajo mío perteneciente a una serie de 25, todos en tinta y pastel sobre papel, fue incluido en una exposición colectiva en la galería O & Y, de Coral Gables, en 2002. Lo hago porque me gusta, no creo que sea un profesional en ese sentido, pero lo disfruto mucho y lo hago desde hace años, desde que estaba en Cuba. He vendido unos pocos trabajos -aunque no me dedico a promoverlos- y algunos amigos tienen cosas mías colgadas en sus casas. También he publicado caricaturas. De hecho, preparo un libro con caricaturas atemporales desde hace tiempo. Es una materia que me debo.

P: ¿Atemporales?

RBB: Sí, muy humanas, filosóficas, nada inmediato. Me recuerdan a The Far Side, de Gary Larson. Tienen un poco ese espíritu, aunque de muchos otros también, sobre todo de norteamericanos, o más bien exclusivamente de norteamericanos.

P: ¿Cuál crees que sería el estado ideal para escritor?

RBB: Tener su propio país.

P: ¿Tienes alguna queja?

RBB: No tener país, aunque agradezco infinitamente a Estados Unidos que me haya otorgado su ciudadanía.

P: ¿Planes futuros?

RBB: Regresar al país que nos quitaron con todos mis colegas escritores exiliados. Creo que nos merecemos una buena fiesta.

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